Árabes y judíos deben desafiar juntos al pasado oficial de Israel
Ramzy Baroud
Israel ha recurrido principalmente a tres estrategias para reprimir las demandas de Palestina de justicia y derechos humanos, incluido el derecho al retorno de los refugiados. Una de ellas es reescribir la historia; otra intentar distraer la atención de las realidades presentes; y la tercera intenta reclamar la historia palestina como una versión israelí.
Esta reescritura de la historia sucedió mucho antes de lo que supondrían muchos historiadores. La máquina israelí de hasbara (propaganda) entró en acción casi a la vez que el Plan Dalet (Plan D), que presenció la conquista militar de Palestina y la limpieza étnica de sus habitantes.
Sin embargo, el discurso actual oficial sobre la “Nabka” – la “Catástrofe” – que vivió el pueblo palestino en 1947-48 se constituyó en los 50 y 60. En un artículo de 2013 titulado “Pensamiento catastrófico: ¿intentó Ben-Gurion reescribir la historia?” Shay Hazkani reveló el fascinante proceso de cómo el primer ministro israelí, David Ben-Gurion, trabajó junto a un grupo de eruditos judíos israelíes para desarrollar una versión de los hechos de lo ocurrido en 1947-48 con la fundación de Israel y la destrucción de Palestina.
Ben-Gurion quería propagar una versión de la historia coherente con la posición política de Israel. Necesitaba “pruebas” que apoyaran esa posición. Con el tiempo, las “pruebas” se convirtieron en “historia”, y no se permitía que ninguna otra versión desafiara al punto de vista de Israel sobre la Nakba. “Probablemente, Ben-Gurion nunca había escuchado la palabra ‘Nabka’; pero a principios de los años 50, el primer ministro israelí comprendió la importancia de la narrativa histórica”, escribió Hazkani. El líder israelí asignó a varios eruditos del servicio civil la tarea de crear una historia alternativa que sigue impregnada en el pensamiento israelí hasta el día de hoy.
La distracción respecto a la historia – o la realidad actual de la terrible ocupación de Palestina – lleva produciéndose casi 70 años. Desde el temprano mito de que Palestina era “una tierra sin un pueblo para un pueblo sin tierra” hasta la afirmación de hoy en día de que Israel es un icono para la civilización, la tecnología y democracia; las distorsiones oficiales de Israel han sido implacables.
Así que, mientras los palestinos se preparan para conmemorar la guerra del 5 de junio de 1967, que desembocó en la ocupación militar de 50 años (aún vigente); Israel prepara una inmensa “celebración” de su ocupación militar sobre los palestinos y sus tierras. Por supuesto, no todos los israelíes pasan por alto lo absurdo de esto.
“Un Estado que celebra 50 años de ocupación es un Estado que ha perdido la dirección, su habilidad de distinguir entre el bien y el mal”, escribía el comentarista israelí Gideon Levy en Haaretz. “¿Qué celebráis exactamente, israelíes? ¿Cincuenta años de derramamiento de sangre, abusos, deshonra y sadismo? Sólo las sociedades sin conciencia celebran esta clase de aniversario”. Levy sostiene que puede que Israel ganara la guerra de 1967, pero “ha perdido casi todo lo demás”.
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– Árabes y judíos deben desafiar juntos al pasado oficial de Israel – Ramzy Baroud, Monitor de Oriente.
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